La infancia lo viví en Llochegua, un centro poblado ubicado hacia uno de los cauces del río apurimac, en ese entonces el único acceso a la ciudad era a través del transporte marítimo por lo que era todo una travesía llegas desde la Sierra hasta este pueblecito, no obstante a mi me divertía, sobre todo por algo muy particular. Resulta que en ese entonces yo admiraba los carros soñaba con ellos y me imaginaba que tienen vida propia, cuando vi por primera vez que una persona baja de la cabina del carro tuve unas dudas respecto a que si el carro verdaderamente se conducía sola, pues me convencí a mi mismo que era un lugar para aquellos que quieren tener una especie de suite presidencial dentro del carro. Realmente quede maravillado con los carros, tuve esta creencia hasta varios años después. Una anécdota que tal vez debe de ser de aquellas que no se olvida así como así fue cuando viajaba con mis papas en un microbús, generalmente viajaba durmiendo y en ese entonces me desperté cuando todas las personas murmuraban sobre los "Suakuna" nombre en quechua que se designa a los rateros. Yo en ese momento me imagine a unas criaturas con tremendo parecido con los personajes de Transformes ... jaja, quede realmente impactado con todo ese recuerdo hasta ahora. En fin todo lo demás era simples viajes llevando las mercaderías de mi padre desde Ayacucho hasta Llochegua. No sentía el trajín del viaje para nada, solo que aveces me afectaba porque mi hermana Rosmery es a la que afectaba el cambio de clima. Y obviamente a veces era contagioso y el viaje se convertía en una pesadía.
Estos viajes lo realizaba cuando papá o mamá se animaba a llevarme, a esa edad de 3 o 4 años seguro me consideraban un mini estorbo para lo que hacían.